APRENDE A DECIR «NO»

ASERTIVIDAD: Empezamos a decir “NO”

En algunas ocasiones nos encontramos ante personas que nos piden algo que en ese momento no nos viene bien o no queremos hacerlo y nos cuesta decir «no». Sin embargo no podemos evitar ceder a las peticiones de esta persona. También puede ocurrir lo contrario, que cuando nos piden algo somos excesivamente tajantes y la otra persona se sienta ofendida. En la primera postura estaríamos hablando de una forma de comportamiento pasiva, mientras que la segura se trata de un comportamiento agresivo.

El término medio es lo que llamamos en psicología comportamiento asertivo. Se trata de una habilidad social que consiste en saber manifestar nuestros deseos y derechos sin agredir a la otra persona o someterte a su voluntad. Pongamos dos ejemplos de estilos de comportamiento:

Ejemplo 1, comportamiento pasivo.

Nuestra suegra Lola quiere venir a comer a casa el día en que quería irme con mis amigas al cine, por lo que decido cancelar mi cita y quedarme con mi suegra, aunque hubiera preferido lo contrario.

Respuesta asertiva. “Lola, me parece genial que quieras venir a comer, sin embargo ese día ya tenía planes. ¿Qué te parece si lo aplazamos para la siguiente semana?”

Ejemplo 2, comportamiento agresivo.

Tu compañero de trabajo Pablo te pide ayuda para terminar un informe muy complicado, pero es un trabajo de un departamento que a ti no te corresponde, por lo que le respondes  que no es tu trabajo, que tú no lo vas a hacer.

Respuesta asertiva. “Pablo, me gustaría poder ayudarte y agradezco que hayas pensando en mi para poder solucionar algo tan complicado, pero yo no voy a poder ayudarte, ¿por qué no pides ayuda a Beatriz? Ese es su departamento, seguro que ella te puede ayudar”.

Si te fijas en ambas respuestas asertivas veras algo común. Las dos tratan de agradecer o reconocer a la otra persona, posteriormente expresan lo que desean o su queja, y le ofrecen una alternativa. El esquema sería: 1) Reconocer/agradecer → 2) Expresar nuestro deseo/queja → 3) Ofrecer alternativa (siempre que sea posible, en algunas ocasiones no hay alternativas). Aunque nos estemos negando a lo que nos pide, estamos reconociendo su esfuerzo o agradeciendo su interés, por lo que se está sintiendo escuchado y reconocido. Esto hace que la predisposición a escuchar nuestro deseo o queja sea mayor y no tome una actitud defensiva; por otro lado, ofrecemos una alternativa a lo que demanda o desea.

Esta habilidad no sólo te va a permitir marcar los límites, sino que mejorarán tus recursos y habilidades sociales y podrás reducir el estrés al que muchas veces estamos sometidos por falta de esta estrategia.

Te animamos a que la pongas en prácticas y observes las reacciones tan positivas que tiene tanto en ti como en la otra persona.

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